Lía Salvo, la mujer que rompió la estructura del polo argentino

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Fue la primera en disputar y ganar un torneo de polo de élite. A los 29 años, venció los estigmas no solo en la Argentina, sino también en Europa y en Asia. Su historia.

Montada sobre el caballo, con su casco rígido y el taco, Lía Salvo parece ser una especie de Juana de Arco. Así como la heroína, militar y santa francesa en pleno combate en el siglo XV, la mejor polista de Argentina dejó por duplicado su huella en el mundo del polo hace unas semanas.
Además de convertirse en la primera mujer en darse el lujo de disputar en un torneo de élite como el Abierto del Jockey Club, con El Paso-La Dolfina, también fue la primera en ganarlo junto a tres de los grandes máximos exponentes mundiales del polo como Adolfo Cambiaso, Pablo MacDonough y Juan Martín Nero, todos con 10 de handicap.
En las últimas décadas, el polo, ha sido un deporte de pocas variaciones en cuanto a los torneos, jugadores e incluso los ganadores. Lía Salvo no solo rompió con la estructura sino también marcó un antes y un después en el deporte. Durante la semifinal del 52° Abierto del Jockey Club de San Isidro, la polista se presentó y debutó ante Washington, partido en donde logró anotar tres de los 13 goles de su equipo, que le permitió avanzar a la final que finalmente ganaría frente a La Aguada, que formó con los hermanos Alejandro, Eduardo, Miguel e Ignacio Novillo Astrada.
«Tenía muchos nervios, pero una vez que arrancó y jugaron la pelota, estaba feliz y muy concentrada. Sentí el rigor a partir de la primera práctica del equipo. ‘¡Andan fuerte!’, dije, y la verdad que tienen otra velocidad que yo no tengo, pero acá no sentí eso. Hace poco jugamos 9 chukkers en La Dolfina, ¡y jamás en mi vida había jugado nueve y a fondo! Eso me puso un poco en ritmo», declaró luego de haber experimentado su primera experiencia entre hombres.
Oriunda del pueblo bonaerense de América e incentivada por su padre Héctor, expolista profesional, aprendió a montar a los cuatro años y a los 10 tomó por primera vez el taco para nunca más soltarlo. Paso a paso, comenzó a indagar por el deporte entre familiares y amigos en las canchas del Namuncurá Polo Club y a los 12 años continuó con la Copa de Potrillo, donde se la comenzaría a ver como una de las promesas femeninas. Unos años más tarde, Salvo se separaría de los varones para jugar con sus colegas femeninas.

 

«Siempre soñé con jugar un polo alto y con los hombres, pero nunca pensé que fuera tan alto», dijo en una entrevista a La Nación. Con sus 29 años, es plenamente una jugadora profesional que también compite en los grandes torneos internacionales o exhibiciones de Francia, Inglaterra, España, Singapur, Malasia y Tailandia. Con nueve goles en la clasificación femenina, es consideraba como la mejor polista argentina y una de las tres más capaces del planeta.
Con una preparación orientada «en la potencia física, lo aeróbica y en mejorar taqueo en velocidad», Salvo participa activamente del deporte. Enfocada en la temporada en Argentina, la que más priorizan los polistas argentinos, y que comenzó para ella con el Abierto del Jockey Club, continúa con los torneos de mujeres de la Asociación Argentina de Polo (AAP) y en distintos clubes privados. Ella se autodefine como una jugadora de «cabeza fría y corazón caliente» y a la vez «competitiva»;y juega, por lo menos, en dos torneos exclusivamente con hombres por temporada. Eso le ofrece «tener esa velocidad mental y ese ritmo que solamente te da este polo ligero».
Esta participación la convierten en la bandera emblema que va en busca de potenciar el nivel femenino y lograr la unión fraterna (cómo en otras regiones) entre la mujer y el hombre en un deporte, considerada por ella misma, «machista» pero que «se está transformando y cambiando» con ejemplos como su participación con El Paso-La Dolfina que, sin dudas, «marcó mucho para el polo de mujeres».
Su reconocimiento, por otra parte, la llevó directo al mundo de los sponsors de diversos rubros como indumentaria deportiva, relojes, automotriz o vinos. Siendo la única que tiene este tipo de contratos, posee vínculos con numerosas marcas entre las que se encuentra La Martina, Jaeger-LeCoultre, Kia y, siendo el último, Escorihuela Gascón.

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