Ciudad del Cabo, un paraíso que combina la naturaleza con el diseño y la infraestructura de una gran ciudad se erige bajo una consigna muy clara, el turismo es la principal fuente de ingreso y por eso deben cuidarla.
La ciudad sudafricana, y con su gran punto de atracción denominado Waterfront , tiene un espacio muy importante para los restaurantes y bares. La gastronomía, y sobre todos los pescados para comer son deliciosos.
El museo de arte contemporáneo africano MOCCA (por sus siglas en ingles), muestra el avance y desarrollo que ha tenido la región. Ubicado sobre un silo remodelado a nuevo, y con una vista impactante, ofrece obras de artistas africanos de todos los países, especialmente Zimbabwe, Ghana y Sudáfrica, claro, que se ha desarrollado en la década del ’80 fundamentalmente y han encontrado la forma de expresar los pensamientos de la ciudadanía y volcarlos a los lienzos, fotos y estructuras.
Un paseo por helicóptero en la ciudad es casi una obligación, recorrer la False Bay y ver el puerto de donde salen las principales exportaciones de la región como por ejemplo, la actividad vitivinícola, también es algo para ver y degustar.
El barrio de Bo-Kaap, llamativo por sus casas pintadas en el frente cada una con un color distinto es otra atracción de la ciudad. La historia cuenta que las familias musulmanas, cuando llegaron, se instalaron allí y luego resistieron el avance de los distintos imperios que colonizaron el país.
Vale la pena recorrer el centro histórico, cruzarse con ferias, iglesias e incluso los parques, donde además de palomas habitan ardillas, que comen nueces y se acercan a las personas para quitárselas.
Ciudad del Cabo, tiene todo lo necesario para conectarse con la naturaleza, disfrutar de una gastronomía increíble y poder visitar lugares asombrosos, todo eso, combinado con una gran hospitalidad de la gente, hacen de esta ciudad, un lugar maravilloso.