Los participantes, van a degustar empanadas regionales acompañadas de vinos nacionales, mientras un guía explicará sobre las reglas del juego y el equipamiento que se utiliza para el caballo de polo y el jugador.
El Polo, deporte en el que Argentina es líder indiscutido en el mundo, ahora es posible practicarlo durante todo el año -asado de por medio y día de campo incluido-, en una de las experiencias turísticas que más subyugan a los visitantes extranjeros por la combinación de tradiciones locales, el Argentina Polo Day.
Dos jóvenes y pujantes emprendedores, Rubén Jabib y Celia Alfie, llevan adelante desde octubre de 2015 La Carona Polo Club, aunque la propuesta la venían desarrollando desde hace muchos más años atrás pero en campos que no eran propios.
«El club de Polo es nuevo, es nuestro, lo creamos nosotros, y ofrecemos una variada gama de productos: el Polo Day, donde el turista viene a pasar el día, come un asado, ve un partido y se sube a los caballos para tener la experiencia; y el Polo Holiday, para polistas extranjeros que vienen y se hospedan», explicó a Télam Celia Alfie.
«También tenemos el Polo Night, que tal como su nombre lo indica se viene de noche a tener la experiencia; y por último, pero no menos importante, el Club de Polo, enfocado al polista argentino que quiere jugar en cualquier momento del año, sin caballos, y pagando por partido», agregó.
Ubicado en Capilla del Señor, en la ruta 39 kilómetro 11.2, el Club de Polo tiene 42 hectáreas con dos canchas de polo certificadas por la Asociación Argentina de Polo, una cancha indor, tres espacios con habitaciones, una pulpería, el quincho y la piscina.
Con un máximo de 35 turistas venidos de distintas partes del mundo, a los que se pasa a buscar por sus hoteles a eso de las 10.30, se los recibe en el lugar con empanadas -«con un secreto particular para su realización», confiesa Alfie- vino y gaseosa a modo de bienvenida.
«A las 12 los llevamos a ver el partido y mientras lo hacen les vamos contando las reglas del juego para que entiendan lo que está pasando. Entre chukkers les damos unos tacos de pie más chicos que los profesionales y les enseñamos las diferentes técnicas de taqueo, los llevamos a ver los palenques, a ver como ensillan los petiseros, a conocer a los polistas, el backstage, y en el siguiente chucker seguimos practicando diferentes técnicas», detalló.
Siempre de manera muy familiar y participativa, con los turistas tocando la campana en el entretiempo o apuntando los tantos, el partido llega a su fin y es el momento de saborear el asado.
«Todos se sientan en las típicas mesas largas bien argentinas y hasta a veces los polistas, que son socios del club, vienen a comer interactuando con los visitantes. Es todo muy genuino, muy familiar, muy amigable, pero bien organizado, bien profesional», destacó la anfitriona.
Una vez finalizado el asado, a eso de las 15.30, se les entregan los atuendos correspondientes -casco, polainas, chaquetas y demás-, se suben a los diferentes caballos y los instructores les van enseñando,según el nivel que tengan los visitantes.
«Después de las clases, que terminan más o menos a las 18, se les hace una caminata alrededor de la estancia, se les ofrece un refrigerio, algunos van a la piscina, y termina la jornada los llevamos de vuelta a sus hoteles», detalló.
La Carona Polo Club posibilita entonces jugar este deporte todos los días del año sin la necesidad de tener caballos propios, petiseros, y toda la organización que implica, sobre todo el alto costo.
Es que además de los turistas, le otorga la posibilidad a los jugadores argentinos de tener un lugar donde jugar sin necesidad de estar atados a las temporadas: alta en Argentina cuando se juegan los tres torneos -Tortugas, Hurlingham y Palermo- o alta en Europa y Estados Unidos.
«O sea que el negocio del polo eran el abierto a las tres coronas, los clubes de polo durante los cuatro meses que son la temporada alta, y la compra y venta de caballos. Nosotros rompimos con esa estacionalidad», señaló Alfie.
En cuanto al producto Argentina Polo Holliday, se trata de una experiencia que realizan polistas extranjeros que juegan en su país pero que vienen a la Argentina porque por menos dinero juegan en mejores lugares y con mejores caballos.
«Estos jugadores vienen y se hospedan en la estancia en la casa que hay que es de 1893 y está totalmente reciclada, o bien en una casa anexa bajo árboles con habitaciones, o también en las habitaciones que construimos arriba de las caballerizas», detalló.
A estos jugadores con experiencia -que muchas veces participan en los partidos que se organizan para los turistas del Argentina Polo Day- se les ofrecen todas las comidas, la posibilidad de jugar, y hasta unas clases instructivas para mejorar la técnica.
Si algún miembro de la familia que acompaña a estos polistas no desea tomar las clases de polo, podrá relajarse en la piscina, montar a caballo, o aprender a cocinar un auténtico asado argentino.
Por su parte, con el producto Polo Night -que se puede realizar todas las noches del año- se vive la increíble experiencia de presenciar un partido profesional de polo a cuatro chukkers bajo las estrellas.
Los participantes a esta experiencia, que se desarrolla de 19 a 24, van a degustar empanadas regionales acompañadas de vinos nacionales, mientras un guía explicará sobre las reglas del juego y el equipamiento que se utiliza para el caballo de polo y el jugador.
Los planes de esta pareja de emprendedores no terminan allí: «Estamos por lanzar un día de estancia diferente en colaboración con el municipio de capilla del Señor para desarrollar el pueblo como destino turístico», señala Celia.
«Nuestro día de estancia -precisó- lo estamos pensando para que a la mañana los turistas lo pasen en el pueblo de Capilla y después los recibamos en la estancia con el almuerzo, que es donde se conjuga con el Polo Day, para luego andar a caballo o pasear en carruaje y visitar el museo del campo».
A lo largo de la charla surgen la infinidad de proyectos y realizaciones de esta pareja incansable: la alianza con 35 clubes de polo del mundo y la proyección internacional a mediano plazo a través de bares temáticos, entre muchos más.