Los Premios Fuera de Serie, guinda de Torneo de Polo de Sotogrande.
El Santa María Polo Club de Sotogrande ha acogido el evento deportivo más importante de la temporada. Adolfo Cambiaso y su equipo Dubai Polo Team lograron el primer puesto del 45º Torneo Internacional INDI, desde este verano tercer Grand Slam mundial. Reunimos a la élite de esta disciplina.
En una ocasión Adolfo Cambiaso coincidió con Sylvester Stallone en un partido benéfico. El corpulento Rocky se subió al caballo y empezó a bracear de forma aparatosa. Ese día -o tal vez otro- el actor de Nueva York formuló una de las metáforas más bellas que han descrito este deporte. «Practicar polo», dijo, «es como jugar al golf durante un terremoto». La frase, objeto de burla en las redes, es quizá la que mejor describe la batalla entre ocho hombres -divididos en dos equipos- golpeando una bocha a velocidades máximas de 65 km/h. En la imagen que abre este reportaje posan David Stirling, Facundo Pieres, Adolfo Cambiaso, Juan Martín Nero y Pablo Mac Donough. Un uruguayo y cuatro argentinos. Cinco dieces -máximo hándicap del polo- que han paseado su talento en el 45º Torneo Internacional INDI de Polo del Santa María Polo Club en Sotogrande.
Para Gómez, uno de los mejores polistas españoles, estos cinco hombres juegan a otro deporte. «Pueden hacer lo que quieran. Tienen la mente y el talento de Messi, y un caballo que ejecuta su pensamiento en tiempo real. Van más aprisa que el resto. Frenan antes que el resto. El polo de hoy es lo que ellos inventan». No miente. Entre ellos copan cinco de las seis primeras posiciones del World Polo Tour (Gonzalo Pieres Jr. es el número cuatro), que convierte en puntos las victorias en los torneos internacionales. Mario Gómez es uno de los pocos jugadores de nuestro país que vive del polo. Su hándicap es 4 y siete meses al año vive en Dubai financiado por un patrón escocés. Su vida es muy distinta a la de los astros argentinos. Menos mediática. Menos lucrativa. Él posee 15 caballos por los más de 300 con los que cuentan en propiedad Cambiaso, Nero, Pieres, Stirling o Mac Donough.
¿De dónde salen estos monstruos? «De familias con solera que les inculcan la pasión y la presión por ser los mejores desde muy pequeños. Luego tienen las tierras y los caballos. Sin eso es difícil llegar a lo más alto». La historia del polo argentino, el mejor del mundo, lo conforman dinastías como Heguy, Harriott, Merlos, Novillo Astrada o Pieres, famosos en la historia más reciente -estos últimos- por su protagonismo con el equipo Ellerstina, compuesto por tres hermanos y un primo, que le disputan cada año el cetro mundial del polo -La Triple Corona del Polo Argentino- a sus enemigos en la cancha (y amigos en la vida real) de La Dolfina (compuesto por Cambiaso, Stirling, Mac Donough y Nero).
Mario Gómez define a Pablo Mac Donough como «el talento puro». Campeón en la última Copa de Plata Casa de Campo de Sotogrande con su equipo Brunei, Mac Donough desea desterrar en Fuera de Serie el mito del glamour en la vida del polista de élite. «Vivimos en la caballeriza», nos cuenta. «No nos encontrarás bebiendo champán con la jet set sino tomando mate con la gente que cuida los caballos. El glamour se reduce a momentos puntuales con algún sponsor. Nos gusta estar en el campo, yo ni recuerdo mi última fiesta de esmoquin».
Para Mac Donough, Cambiaso es el mejor de la historia. «El pibe ha jugado 19 de las últimas 20 finales de Palermo [en Buenos Aires] y ha ganado 12. En los últimos 20 años ha dominado además de manera absoluta el polo fuera de Argentina». Esta bestia del deporte, que permanece en el número 1 mundial, llegó a Estados Unidos a los 16 de la mano de su patrón de entonces, Kerry Packer. Cuenta la leyenda que tras perder uno de sus primeros US Open en Nueva York, Packer le pidió que le acompañase a Las Vegas para animarse. Al llegar al hotel MGM, la suite del multimillonario estaba ocupada por Elton John. El poder de este hombre era tan grande que el cantante no duró en ella 15 minutos. «El polo es el único deporte en el que si tenés plata puedes jugar con el mejor», explicó Cambiaso en un late night argentino.
Los grandes polistas pasan siete meses del año compitiendo en abiertos internacionales -Inglaterra, EEUU, España, Dubai- para ganar dinero. Los equipos los montan patrones, jugadores amateurs que poseen los medios suficientes y cuyo afán es sentir la adrenalina de este deporte. Son equipos mestizos entre amateurs y profesionales. Por eso, no es una coincidencia que entre los 20 mejores jugadores según World Polo Tour aparezcan dos amateurs: Rashid Albwardy (hijo del patrón de Cambiaso en España e Inglaterra Ali Albwardy) y Steve Van Andel (patrón de Facundo y Pablo Pieres). «Nosotros dependemos de los espónsores y de los patrones que nos contratan», explica Mac Donough. Sólo con el escaso sponsoreoque tenemos en Argentina no podríamos jugar», concluye.
En un campo de fútbol Leo Messi es famoso por su visión de juego. También por su tren inferior. El tren inferior de un jugador de polo es su caballo, al que Mario Gómez concede un 70% del impacto de un polista. Michel Del Carril es un eminente jugador argentino con su propia cría de caballos en Buenos Aires. Él destaca la evolución impresionante del mundo del caballo. Un buen ejemplo es la popularización de técnicas como la transferencia de embriones. «Los hijos de un campeón poseen su talento en los genes», dice. «Puedes inseminar a una potranca ganadora y, a los pocos días, cuando se forme un embrión, implantárselo a una yegua receptora que va a gestarlo y criarlo mientras la otra sigue jugando. La probabilidad de que tenga la misma actitud que su madre original es muy alta», explica. Este procedimiento, prohibido en los purasangre de carreras, es habitual en el polo, y empieza a competir con otra modalidad: la clonación. Adolfo Cambiaso, ganador de la Copa de Oro Cartier de Alto Hándicap del 45º Torneo Internacional INDI de Polo del Santa María Polo Club Sotogrande, es el gran defensor de la copia genética. Eso le permite pasearse por sus caballerizas y ver al mismo tiempo a su caballo, Cuartetera, y también a la Cuartetera 2, la 3, etcétera. Para Michel del Carril, «la clonación es aún ineficiente y cara, como lo era el trabajo con embriones hace 15 años, pero dará mayores chances en el futuro». En términos económicos clonar un caballo cuesta 100.000 dólares, mientras que implantar un embrión ronda los 3.000. Las mejores potrancas se venden por precios cercanos a los 150.000.
Dinastías de grandes polistas y crías de caballos ganadores, esas son las claves de esta disciplina. La profesionalización de los jugadores de polo -en la actualidad convertidos en deportistas de élite con la incorporación de kinesiólogos, psicólogos deportivos y entrenadores específicos- y la mejora evidente de sus caballos, hacen que este deporte goce hoy de muy buena salud. Para Pablo Mac Donough nos hallamos, sin lugar a dudas, en «el mejor momento de la historia del polo junto con el que se experimentó en la década de los 90». Porque en nuestros días es posible disfrutar de nueve «dieces», el máximo hándicap de polo mundial, de los 51 registrados en Argentina desde la creación del hándicap allá por 1911. Su visita anual a las canchas españolas del Santa María Polo Club Sotogrande es una oportunidad única para entrar en contacto con la mejor historia viva del polo mundial. O para ver en persona, como diría el mismísimo Sylvester Stallone, a los mejores domadores de terremotos del planeta.